Por culpa de las roturas en la temperatura, la conservación de los productos se reduce. Esto puede hacer que, al llegar a su destino final, no cumplan con los estándares requeridos.
Sin embargo, hay sistemas para detectar si la cadena de frío se rompe o no. A continuación, explicaremos cómo lograrlo.
Las 4 claves para detectar si la cadena de frío se ha roto
1. Revisar el etiquetado: Tener bajo control las etiquetas es esencial
para tener en cuenta las mercancías que requieren una
conservación en frío y la temperatura concreta que es necesario
mantener a lo largo de la supply chain.
2. Comprobar la temperatura de los refrigeradores: Es necesario
comprobar constantemente la temperatura de los refrigeradores
para poder garantizar el mantenimiento de la cadena de frío.
Cuando hablamos de alimentos congelados, por ejemplo, debemos
verificar que los arcones no superen los -18 °C.
3. Examinar minuciosamente la mercancía: Debemos asegurarnos de
que los paquetes no traigan escarcha, que su contenido esté suelto
o que no tenga zonas blancas, pues sería una señal de que no ha
habido una descongelación parcial a lo largo de su viaje.
4. Trazabilidad: Contar con sistemas de trazabilidad es esencial, pues
son herramientas imprescindibles para controlar el estado de las
mercancías en cada fase y garantizar su calidad y conservación.
5. Uso de bolsas isotérmicas: Hacer uso de recipientes como bolsas
isotérmicas es una solución para mantener el frío de la mercancía
durante más tiempo a lo largo de la cadena de suministro.
En definitiva, mantener la temperatura controlada a través de todas las
facetas de la supply chain es posible siguiendo estas pautas y contando
con un operador logístico experto en el transporte en frío como Soapa
Europa.